viernes, 20 de abril de 2012

¿Y al final, qué pasó?

Todo concluye al fin
nada puede escapar
todo tiene un final
todo termina...

hasta la secundaria, y con ella, mi calvario.

Entré a la facultad y ahí cambió todo. Uno podía elegir con quien estar. No había necesidad de "cargar"  a nadie, y si uno caía mal en un grupo, dejaba el grupo.
Mi primer año de facultad fue más o menos solitario. Tenía algunos amigos pero nada fijo. Igual me sentí muy bien.
Mi segundo año de facultad coincidió con lo de Luis. Además me hice de un grupo de amigas, andábamos siempre juntas.
Raro, yo estaba en una facultad con el 10% de mujeres, y las pocas que éramos nos juntábamos.

jueves, 19 de abril de 2012

¿Tan mal no la pasé, entonces?

No me pasaron muchas de las cosas que se leen ahora. Era todo maltrato psicológico. Abuso físico una sola vez en que un compañero me quemó la mano con un cigarrillo. Y me han robado cosas, porque yo era alguien sin importancia.
Para mí era terrible. Nunca saber de donde va a venir el próximo golpe, ni por quien.
¿Pensé en suicidarme? Sí, lo pensé. No me atreví ni tenía un arma en mi casa como el chico de 12 años de el otro día.

Si me preguntan detalles de que era lo que me hacían, no me acuerdo. Por suerte la memoria suaviza todo. Tengo los diarios que llevaba en esa época pero no quiero leerlos, ¿para qué?
Lo que sí me acuerdo era de la terrible sensación de no poder confiar en nadie.
Ahora, después de 40 años, sigo sin tener amigos ni confiar en nadie.

¿Qué es el bullying?

A eso que conocemos desde hace años como "tomar de punto a alguien", ahora tiene nombre en inglés. Se llama "bullying". Los puristas de la lengua lo llaman "acoso escolar".
Y aunque los diarios saquen noticias haciéndonos creer que es un problema nuevo, existe desde siempre.
Lo que ha empeorado son los medios. Yo no quiero imaginar como sería mi calvario ahora. Porque antes yo volvía a mi casa y se había terminado todo hasta el día siguiente. Hoy, me seguirían cargando via facebook y twitter.
¿Tan mal no la pasé, entonces?

lunes, 16 de abril de 2012

Quietita

¿Por qué nunca se me ocurría desafiar a mi familia?
¿Sería cobardía?

Yo sufría terriblemente en la escuela, tanto en la primaria como en la secundaria.
Pero si decía "no quiero ir más a la escuela" mi papá me decía "es tu obligación" y ahí iba yo, al matadero.

jueves, 12 de abril de 2012

Futura solterona

Una vez, creo que en cuarto año, en la clase de literatura, la profesora decía que "el que cela es porque no ama" y todos parecían estar de acuerdo (en esa época no se acostumbraba discutirle a los profesores)
Yo levanté la mano, me paré, y dije
"yo creo que el que cela es porque ama, porque teme perder lo que tiene".
Y la profesora me contestó
"si Ud. cree eso señorita, entonces no se va a casar nunca"
Me senté en medio de la carcajada general de toda la clase, y algunos decían "hasta la profesora se dio cuenta".

Entonces después, cuando conseguí novio, cuando me casé, cuando tuve hijos, sentía que lo hacía para demostrarles a mis compañeros de secundaria que sí, había podido.

Mis lecturas juveniles

En mi adolescencia había dos libros que había que leer.
Uno era "Cartas para Verónica" de Poldy Bird. No me gustó mucho aunque todavía me acuerdo del cuento de la pareja de casados que iba al restaurante y no se hablaba... "pedís un lomo. Yo, como disculpándome, me inclino por un omelette fines herbes. Hay mucho trabajo en la cocina, dice el mozo, entonces otro lomo" (escrito de memoria). La moraleja era donde había quedado el amor etc. Muchas veces estamos con Jorge sin hablar y eso no quiere decir que no haya amor.
El otro era "Pregúntale a Alicia", diario encontrado de una chica drogadicta. Ese sí que me marcó. Y no entendía como al final se moría si ya estaba rehabilitada. Hace poco me enteré de que era todo mentira, no había habido ningún diario de una chica drogadicta, lo había escrito una escritora profesional. ¡Qué decepción!



Otro libro que me impactó fue el Diario de Ana Frank, no tanto por lo que estaba escrito sino por saber lo que pasó con ella después.
También leía best sellers, uno que todavía me trae pesadillas es "El Gran Secreto" de René Barjavel.
Y durante mi adolescencia descubrí mi gusto por las novelas policiales, especialmente Agatha Christie.

Mis lecturas infantiles

Y si no salía, entonces que hacía?
Leía. leía muchísimo. Y releía todo lo que tenía.
Cuando era más chica tenía un montón de libros de la colección Billiken, de la colección Iridium y de la colección Robin Hood. Libros para chicos. Y como ya dije antes, me acuerdo más de cosas que leí que de cosas que me pasaron.
Louisa May Alcott me encantaba. Leí los 4 libros de Mujercitas ("Mujercitas", "Las Mujercitas se Casan" o "Señoritas", "Hombrecitos" y había otro más) donde por supuesto me identificaba con Jo, poco femenina y queriendo llevarse el mundo por delante.

También "8 primos" y su continuación, que me encantó. Leí Heidi y otro de Juana Spyri poco conocido, "Jack y Jill", que no me gustó, demasiado espiritual.
Los clásicos adaptados: La Cabaña del Tio Tom, Robin Hood, Robinson Crusoe, cuentos de Oscar Wilde, "100 Poesías para Niños".
Cuando tenía 12 años y estaba enloquecida con el viaje a la luna me regalaron un libro "Los Hollister en una aventura espacial" que lo único que tenía de espacial era que estaban en Cabo Kennedy y salía un cohete cada 5 minutos.
Un libro con cuentos clásicos donde recuerdo un par de menciones antisemitas.

De la colección Iridium, "Tres Niñas y un Secreto", otro clásico donde tres nenas de 12 años juegan a la mamá con un bebé de verdad.
Otros libros de la colección Iridium que me gustaron mucho fueron los de "Luc y Martina", que eran dos chicos que resolvían misterios, prefacio a mi gusto por Agatha Christie.

martes, 10 de abril de 2012

John

Mi primer novio fue un escocés de 1,90 que se llamaba John. Era relindo y yo era un queso. Yo tenía 15 años, él creo que 18. No me acuerdo nada más. Ni de su cara. (en esa época no sacábamos fotos "porque sí". Las fotos no eran gratis como ahora). Duramos un mes. Después nada de nada, hasta Luis.
Hubo, sí, inmediatamente después de John, un amigo de él. Tenía 22 y era "mayordomo de campo"(?). No me acuerdo como se llamaba. Salíamos, charlábamos, todo era bárbaro. Me hizo creer que sentía algo por mí. Después me dijo que me estaba cargando. Me sentí muy humillada.

lunes, 9 de abril de 2012

La amiga fea

Vieron una publicidad creo que de cerveza, de alguien que era un verdadero amigo porque se llevaba "la amiga fea"?
Bueno, esa era yo. La amiga fea.
Me acuerdo de ir caminando con mi amiga Graciela por Cabildo y Juramento y que le dieran tarjetas para un boliche. Ninguna de las dos íbamos a boliches pero yo coleccionaba tarjetas, así que me las dio. El pibe la paró y le dijo:
- No, yo quiero que vayas vos, no tu amiga. Mirá, le doy más a tu amiga - y me dio más tarjetas - pero yo quiero que vayas VOS.

Otra vez fuimos a un baile con mi prima segunda Vivi y después de bailar nos sentamos a tomar algo con dos muchachos. Los dos se pasaron toda la noche alabando los ojos celestes de Vivi.

Casi no iba a bailar pero en varios "planché" toda la noche. Me acuerdo un cumpleaños de 15 - me había maquillado mi prima y el maquillaje resultó muy pesado - donde era la única persona sentada mientras todos hacían el trencito. ¡Qué sensación horrible!



domingo, 8 de abril de 2012

Luis

Luis, pobre. Tres años estuvimos juntos.
Al principio me gustaba, sí.  Después me empezó a resultar "poca cosa". No había terminado el secundario, y yo era una estudiante universitaria...
Luis fue un salvavidas mientras no tenía nadie con quien salir. Y él lo sabía. Igual siempre estaba, siempre enamorado. Y a mí me ponía muy nerviosa.
Se quedaba callado laaaaaaargo rato. Y yo le preguntaba "en qué pensás?"
- En vos.
Nunca entendí como se podía pensar en una persona estando con ella.

martes, 3 de abril de 2012

...y cómo fui pasando de Mafalda a Susanita


Como decía en el post anterior, me veía como una profesional exitosa, porque todos me decían que era ¡tan inteligente! y que *tenía* que ir a la facultad.
Y sin embargo...
Siempre fui muy enamoradiza. Tal vez por mi propia dificultad en hacer que los muchachos se interesaran en mí.
Mis compañeras tenían novio tras novio y yo siempre sola, enamorada de algún imposible que o me ignoraba o me maltrataba.
Una vez una compañera me dijo que estaba "descansando entre novios" y yo no lo podía creer. ¡cómo podía estar sola, pudiendo estar con alguien!. Yo obviamente, estaba sola.
Una vez el chico que me gustaba me dijo que yo tenía que acostumbrarme a salir sola.
Novios durante el secundario tuve uno solo, a los 15. Me duró un mes.
(además la pasé muy mal en el secundario).
Después, a los 18, Luis.

domingo, 1 de abril de 2012

Como me veia

Entonces, ni una Susanita del todo ni una Mafalda del todo.
Jamás ese párrafo de la carta "Que decidiste nunca casarte para no ser víctima de la sociedad patriarcal ni esclavizarte a una rutina de pañales y biberones para no limitar tu crecimiento como mujer."
Pero tampoco
" Mi única vocación era ser madre."

Yo crecí en los 70s. Nuestras mamás eran casi todas amas de casa, que o no habían estudiado o habían dejado el trabajo o la profesión para casarse y tener hijos.
Recuerdo a mi mamá viviendo por su casa y sus hijas. Se levantaba a la mañana, nos daba el desayuno, después limpiaba, ordenaba, lavaba la ropa, hacía las compras, cocinaba, nos daba el almuerzo, lavaba los platos, miraba alguna telenovela, hablaba por teléfono con sus amigas, cosía la ropa, cocinaba de nuevo, dejaba los platos en remojo para que los lavara al señora al día siguiente, y a dormir.
¿Quería yo eso? ¡NO!

En mi adolescencia me veía en el futuro como una profesional exitosa con mucho trabajo y responsabilidades. Mi camino estaba trazado, tenía que terminar el secundario e ir a la facultad (si dejaba el secundario iba a terminar trabajando de obrera en una fábrica, decía mi papá).
Yo en 5to año

Después iba a conseguir un trabajo. Después casarme y tener hijos. Ya veríamos como hacer para conbinar los desafíos de una profesión con las labores del hogar: Nunca, pero nunca, se me ocurrió que iba a poner a la familia antes que a una carrera.

Y sin embargo, es lo que hice. Y no me arrepiento.
Ni una Susanita del todo ni una Mafalda del todo.